jueves, 17 de noviembre de 2016

Mi viaje a Japón. Dia 6. Final River vs Barcelona. Yokohama.

Llego el día. Debo decir que previo al viaje, este era el día mas esperado de todos. Con el correr del viaje y de los días, cada nueva mañana era una renovacion de energía, por lo cual cada día se transformo en una sorpresa refrescante.
Pero este era EL día. Nací hincha de River, por un viejo fanático, que me paso su locura, la cual enbullicio el día del descenso, y durante el año en la B, mi fanatismo no conoció fronteras. "Dolores de pecho" al gritar los goles, Rotura de vidrios, sillas y demás expresan mi locura por los colores rojo y blanco. Alguno que me conoce sabrá de esto, y otro que no, lo podrá entender si entiende la pasión por el fútbol. Entonces imaginense, ver a tu equipo, ese que hinchas desde chico, jugar la Final del Mundial de Clubes en Japón, contra el mejor equipo de la historia del fútbol, a mi humilde modo de verlo, y nada mas y nada menos que en la otra punta del planeta.
Tenia la entrada, la cual había canjeado el día de la semi final en Osaka, y tenia todo un día hasta que a la tarde noche empiece el partido. A diferencia de Osaka, la final fue en Yokohama, a tan solo 25 minutos de Tokyo, por lo tanto pude llegar temprano y a las 10 am ya estaba en la ciudad. Yokohama es una ciudad hiper moderna, con bastante atractivo, por lo que no resulto difícil pasar el tiempo hasta la hora del partido. Gente de River por todos lados.
A primera hora, subí a la torre Landmark, un edificio de 250 metros, con un mirador en el piso 65, torre que posee el ascensor mas rápido de Japón. Desde el tope, se puede observar, si el tiempo lo acompaña, el monte Fuji, y la bahía de Tokyo. Eso es apenas se sale de la estación, en la cual llegas de Tokyo. Zona con bastante atractivo, con un mini parque de diversiones, juegos, y varios centros comerciales, no tan baratos.
Pero la cabeza estaba en otro lado. La cabeza no estaba apreciando la belleza de Yokohama, ni las vistas de la torre, ni la limpieza o prolijidad de la ciudad, la cual se observa en todo Japón.
La cabeza estaba en el partido. Lo que comí, me revolvio el estomago. Los nervios eran tremendos. La ansiedad me gano, y a las 15 estaba en las cercanías de la cancha. Siempre todo caminando, perdiéndome, mirando mapas en la calle, y en el celular, pese a no tener datos moviles, apps como "maps.me" ayudan para esto.
En la cancha era todo colores, fiesta, cantos, y 20 mil argentinos esperando. Una fiesta, la cual no pude disfrutar demasiado, dado que en la cancha mis nervios se multiplican en comparacion al ver el partido en casa.
No hablare mucho de fútbol, ni del partido, ya que no es lo que expresa mi blog, pero perdimos 3 a 0, con un primer tiempo en el que estuvimos a la altura, pero un segundo tiempo muy flojo, con jugadores que no dieron el todo. Pero la experiencia estuvo, y nunca lo voy a olvidar.
A la salida, volví a la estación, me desvié de la gente y me perdí, pero después retome, tome el tren de vuelta a Tokyo, y antes de la medianoche estaba en el hotel.

En la próxima entrada, mi visita a la ciudad mas fotogénica que conocí en mi vida. Kyoto.


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