jueves, 15 de junio de 2017

Bangkok 2º Parte



Me había armado un itinerario, para que sea un dia largo. Me desperté temprano, a las 6 am. Tome el Sky train, a unas cuadras del hotel, hasta la estacion Saphan Taksin, de ahí baje, camine unas cuadras en sentido al rio Chao Phraya, hasta cruzarme con el puerto. En este rio, hay barcas que van y vienen, con banderas de diferentes colores, que marcan diferentes recorridos. Me tenía que tomar alguna con bandera color naranja o verde, y bajarme en la parada Tha Chang. 

El paseo por el rio es disfrutable, por unas pocas monedas podes manejarte sin problema. El rio está bastante sucio, contaminado, dejado estar, como varias partes de la ciudad. 

Apenas bajas en la parada más importante del recorrido, te encontras con un mercado, para luego empezar a pasar por puestos de seguridad. Me esperaba la entrada al Gran Palacio, llegue antes de las 08:30, pero no me esperaba la inmensidad de gente. Tampoco imaginaba, que apenas unos segundos después de que las puertas se abrieran, la gente se abalancera desesperadamente, rompiendo las filas, si es que hubo alguna. Fue una imagen bastante apocalíptica, debo decir que dentro de la mayoría de la gente, se encontraban grupos de turistas chinos, de los peores turistas que me he cruzado, y en este viaje tuve más de una anécdota. El ingreso es sumamente desorganizado. Una vez adentro, pagas 500 bath, y no podes entrar con pantalones cortos (de pedo lleve el pantalón largo en la mochila), me lo puse cuando me rebotaron en la entrada por tener bermuda. 

Una vez adentro, el ambiente se tranquiliza, y el modo apocalíptico de las personas desaparece. El lujo esta en cada metro que haces. Es un complejo que alberga los templos más importantes del país, además del gran palacio donde vive el rey. Son pocos los templos a los que uno puede entrar, sino me equivoco entre a dos, incluido el templo del buda esmeralda, con el santuario más impresionante que haya visto en mi vida, un buda muy brilloso en la cúspide. No se pueden sacar fotos en su interior, esto es muy estricto y está sumamente vigilado. La gente, local en su mayoría, tirada en el piso le pide o le agradece al buda. El complejo, además alberga la cuna del masaje tailandés, y ofrece centros con diferentes masajes. Son terapias milenarias y de las mejores del mundo, por su historia. El paseo haciéndolo tranquilo, lleva entre 3 y 4 horas, incluido el mejor masajes de pies y cabeza que me hice en mi vida, era el primero de muchos que me haría en el viaje.

De ahí , a 5 cuadras, está el templo del buda reclinado, que por 200 bath entras, y me encontré con una de las obras y/o estructuras mas impresionantes que he visto en mi vida. Es un buda, que parece una mujer acostada, con la cabeza apoyada en la mano, que supone una de las últimas etapas de la enfermedad del buda antes de morir. Con su cara, de oro y con expresiones marcadas, parece desafiar al turista que viene. 

Saliendo, volviendo para el lado del rio, cruce hacia el otro lado por 3 bath, para llegar al último templo antes de que sea el mediodía. El Wat Arun, que estaba en época de refacción, pero que aun así pude entrar a una especie de cuadrado, como si fuera una manzana de un barrio. El mismo estaba rodeado enteramente por mini estatuas de budas de oro. Una de las cosas más impresionantes que vi. Un complejo grande, junto a la orilla del rio, donde por 20 bath, compre una campana, le puse mi nombre, y la colgué para hacer cumplir un sueño. 

De nuevo a cruzar el rio, pero esta vez decidí caminar y perderme. El destino final, o por lo menos la idea, era llegar al China Town de Bangkok. Fue la primera perdida del viaje. Totalmente desorientado, y con hambre, me encontré en la parte fea del barrio chino, con casas humildes, sucuchos, que tenían las puertas abiertas, y en donde “señoritas” te gritaban, llamaban y hasta perseguían, para ofrecerte sus servicios. Estaba medio cagado, no sabía muy bien donde estaba, y me termine metiendo en un mercado con pasillos muy angostos y aterrado de gente. Me desvié del camino origina, y empecé a buscar alguna parada del subte. Luego de más de 2 horas, y sin haber comido, lo encontré, y me fui para el lado de los Shoppings (MBK Center – Siam – Pantip Plaza). 

El MBK, es un shopping de 6 o más pisos con todo lo que te puedas imaginar. La ropa es toda de segunda mano, no hay marcas conocidas, y la electrónica combina el local de Samsung original, y enfrente, un local con un indio que te vende lo que pareciera imitación. La mayoría de la electrónica, te la venden locales atendidos, por lo que me parecieron, personas indias.
El Siam es un complejo de 3 shoppings, lujosos, con todas las marcas de primera línea. 

Por último, el Pantip Plaza, un complejo de 6 pisos, con pura electrónica, con casi todo dedicado a la computación. Precios a la mitad de lo que sale en Argentina, y hasta mejor que en Japón y EEUU. Lo complicado es hacerles entender lo que uno quiere, los que hablan ingles, lo hablan de forma muy básica. 

Para cerrar el dia, me fui a hacer un masaje típico tailandés. Como siempre no sabía que me harían ni a donde me metía. Resulto ser bastante doloroso y un poco incomodo. Pero toda una experiencia. 



lunes, 12 de junio de 2017

Bangkok 1º Parte



Aventuras por el Sudeste Asiático. Vuelo - Llegada + Bangkok 1º Parte.

El vuelo más largo de mi vida, hasta ahora, comenzaba (La aclaración “hasta ahora” es con esperanzas, de que pronto pueda tener un vuelo aun más largo). Tambien sería el viaje más largo de mi vida, fueron 28 dias de recorridas, mas casi 3 dias de vuelos. Un mes fuera de casa, en el otro lado del mundo. La felicidad en estado pleno. El estado alerta también estaría muy vigente en este viaje.

Con Qatar Airways, aerolínea de nivel si las hay, Salí de BsAs a las 23:20, para llegar a Doha, Qatar, casi 19 horas después. Hace una breve parada en San Pablo a las dos horas de vuelo, para cargar combustible,  y además cargar y descargar pasajeros. 6 horas de diferencia ya marcaban que estaba lejos, pero Qatar no era el destino elegido.

Mención aparte, merece el aeropuerto de Doha, sin dudas el más impresionante que conocí, con una diversidad cultural que se junta en un espacio reducido, y donde se ve una diferencia abismal. Te cruzas con el petrolero más rico de Dubai, un pibe humilde de parque patricios, mujeres musulmanes con trajes típicos, durmiendo en el suelo, sin tocar los sillones, etc. Era la primera vez que veía en vivo a esta religión tan llamativa y diferente a lo que uno está acostumbrado. 

En Doha estuve casi 4 horas de escala, las cuales se pasan volando por el disfrute que pasa uno en un lugar así. Luego venia el último vuelo, rumbo a Bangkok de casi 6 horas, dando un total de 29 horas de viaje, siendo 25 horas en el aire. 

Pensé que la parte de inmigraciones seria sencilla, pero uno antes de pasar por migraciones, debe validar su certificado de vacunación contra la fiebre amarilla, paso que me saltee y que provoco que este un poco desconcertado. Bastante despelotado el proceso de entrada al país, pero siempre se logra pasar. Ahora venia la parte de agarrar la valija e ir en busca de la estacion del Sky Train, que luego de unas combinaciones me dejaría, supuestamente, a unas cuadras del hotel elegido. 

Del aeropuerto, a la estacion Phaya Thai, más dos combinaciones más, pude llegar, sin perderme casi por primera vez en un viaje, a escasas cuadras del hotel. Cuando baje a la calle, el bullicio de los autos, y las calles/veredas angostas, me descoloco un poco, me desoriento. Una vez caído en la realidad, supe sin problemas como llegar al hotel. Deje todo, y tipo 15 hs Salí a lo que sería la primera visita en Bangkok.

Era domingo, y como todos los fines de semana del año, se arma el mercado Chatuchack, el más grande de Tailandia, y uno de los más extensos del mundo. Es el lugar en donde encontras literalmente de todo, menos llaveros copados, gran decepción de este viaje, fue la escasez de estos elementos que colecciono, ya que parecía ser, que la producción de los llaveros en el sudeste asiático, pertenecía a una misma empresa, y lo único que hacen es cambiarle la imagen y el nombre de la ciudad. Poca o nula artesanía para estos amuletos. El mercado cerró casi conmigo adentro, ya que el tiempo se me paso volando, y pude hacer compras interesantes, para llenar la mochila en tan solo horas de haber llegado. 

A la vuelta, previo a volver al hotel, pase por uno de los barrios rojos de Bangkok (tiene 3), Patpong. Solo fue de pasada, pero lo que pude ver, marcaria un poco el pensamiento que fui generando con esta ciudad. La noche en Bangkok es sucia, oscura. Solo brilla en los barrios “atrapa turistas”, como son los tres barrios rojos, y no mucho mas, ya que los centros comerciales cierran temprano en la noche. La noche en Bangkok es descuidada, volviendo para el hotel, por calles angostas y oscuras, siendo el primer dia y todo , no me sentí inseguro, pero si me daba lástima ver las bolsas de basura tiradas, ratas saliendo de las mismas cuando uno se acerca caminando, algún que otro borrachín tratando de imaginar cómo llego a ese estado, etc. El dia es lo opuesto. 

Fue un viaje que me dio mucha tela para cortar, que me hizo opinar mucho sobre cosas vividas, pese a ser de culturas distintas, que me hizo abrir los ojos de una manera mayor a la que me pudo haber imaginado previo al viaje, pero lo resaltante es que fue un viaje que me dio mucho material para escribir, mucho espacio para desarrollar, y mucho tiempo y lugares adecuados para pensar. 

En este viaje visite 12 ciudades, me parece oportuno y resaltado que en el final de cada relato, por la diversidad encontrada, haga una especie de resumen con opiniones personales sobre lo vivido en cada lugar. Esto es el inicio de lo que llamare “Aventuras por el sudeste Asiático”