lunes, 23 de enero de 2017

Un Cuarto de Siglo. Sensaciones



25 años es un número redondo. Suena distinto si digo “un cuarto de siglo”. Parece mucho. 

He leído por ahí, que “no importa cuántos años vivas, sino la vida que lleven esos años”. Últimamente he estado pensando mucho en las típicas frases como “la vida es corta, hay que vivirla”. He reflexionado bastante acerca de la vida, y lo que nos lleva a disfrutarla.
Pero también es cierto que el disfrute en la vida es corto. Por lo menos hablando de mi experiencia personal.  

En estos 25 años puedo decir que viví muchas cosas, mas buenas que malas. No me puedo quejar de absolutamente nada. Considero que para que la vida esta balanceada, uno tiene cosas pero siempre le faltan otras. Uno siente no estar completo el mayor tiempo. Entonces no valora lo que tiene, que puede ser mucho comparado con cualquier tipo de parámetro. Por lo tanto valorar lo que uno tiene, otra frase típica incluida en este espacio, cobra sentido. 

Tuve casi 4 años viviendo en el interior, entre Córdoba y San Luis. Luego de la separación de mis viejos, decidí  los 15 años, irme a vivir a un lugar que apenas conocía, sin nadie más que mi papa y mi hermano. Era el porteño en Córdoba. Los primeros meses fueron turbulentos, fue un cambio muy duro sin luz, con bomba de agua, pantalla solar, todas cosas que no eran cotidianas en mi vida en capital. Pero hoy puedo decir que esos años ahí me hicieron como persona. Encontré gente que me invito a ver la vida de otra manera. 

Volví a la ciudad, con la excusa de estudiar, ya que en el pueblo no lo podía hacer. Sentí que era una manera de recompensar a mi vieja después de haberse aguantado tantas cosas malas. Me sentía un poco responsable de eso.  Al principio fue duro, una nueva movida en mi vida, pero conseguir un laburo tan rápido hizo que me asiente de “sopetón” en la gran ciudad, y tenga la obligación de quedarme. Esa obligación dejo de sentirse como tal y paso a ser un nuevo modo de vida al que me acostumbre rápido. Hoy por hoy, con respecto al pueblo, cada vez me cuesta más volver. Me siento cada vez mas distanciado de lo que lo rodea. Por suerte la relación con mi viejo se mantiene, dentro de todo, en parámetros normales.  

A los 18 años hice mi primer viaje solo a Punta Cana, y desde ahí no pare. Descubrí que lo que verdaderamente me hacia vivir la vida, y disfrutarla era viajar. Pasaron casi 7 años desde ese momento, y realice 4 viajes, con el quinto en puerta.  No sé si podría viajar sin parar, por obvias causas, hoy la facultad me retiene mucho y además soy un tipo de disfrutar mucho su casa. Soy demasiado responsable, y el que me conoce sabe que no me agrando, como para dejar una carrera que tanto me costo, y que tan cerca estoy de terminarla. “Nunca me preocupo por el futuro, viene demasiado rápido.

Uno vive solo una vez, pero si lo haces bien, una vez es suficiente.” A partir del año pasado me propuse viajar siempre que pueda, y empecé en lo que llame “viajes relámpagos” 4 dias visitando Cuzco, y obviamente Machu Picchu. Me propuse para este año seguir haciendo este tipo de viajes, siempre que pueda y los dais me den. Esto a su vez me ata al trabajo, ya que sin empleo no me puedo darme esos lujos. Creo que nunca estoy cómodo con mi trabajo, siempre me quejo de algo. A veces siento que no se me valora, que no me dicen “che Dario, buen trabajo”. Trabajo con todas personas grandes, y parece que venimos de mundos diferentes. Y me doy cuenta que a veces soy necio por eso. Paso más tiempo en la oficina que en mi casa, literalmente. Si voy a estar incomoda, en mi segunda casa, estoy haciendo algo mal. No me puedo quejar de nada, si aspirar a más, pero no quejarme.  Otra cosa que acomodar.


Tengo un carácter podrido. Cara de culo cuando no me cae bien algo, no soy falso y soy demasiado expresivo, cuando algo no me gusta lo digo. Eso me juega bastante en contra. Otra propuesta interna en mi vida, es calibrar ese carácter, tratar de regularlo, para no ser tan hiriente a veces. Soy frio, y junto con el carácter da una personalidad bastante jodida. Quiero pero no quiero cambiarla, porque sé que es algo propio en mí, y no sé si quisiera deshacerme de ella tan fácil. A su vez, se que moderar la personalidad me abriría otras puertas, me haría conocer gente, etc. Pero tampoco sé si me interesa. Siempre fui una persona solitaria, aunque a veces me gustaría no serlo. Supongo que es el balance que hace que la vida se equilibre. 

Volviendo al tema de los viajes, y cerrando un poco estas sensaciones, cada vez que regreso de un viaje mi cabeza da un giro en algún aspecto de mi vida. Siempre un viaje te hace ver cosas que antes no podías. Se acerca el viaje más largo, hasta ahora, y las sensaciones previas son intensas. No empecé el mismo, y ya estoy viendo el mapa para ver el siguiente viaje. La mente está en un permanente viaje, del cual espero nunca aterrice del todo. 

Al que no se animo a encarar un viaje solo aun, le propongo que lo intente. “La vida es una aventura o es la nada misma”.  La vida es una sola, hazla valer. Hace más.

“¿Cuál es el secreto de la felicidad?... No lo sé, supongo que debe ser encontrar algo que amas y hacerlo durante toda tu vida.”





viernes, 20 de enero de 2017

Mi viaje a Japon Dia 8. Mi tercer parque Disney del mundo.

Disney. Tokio. Chiba.  A días de Navidad.
A menos de una hora del centro de la ciudad, se encuentra el parque. Con dos trenes para llegar, el paseo se hizo corto y bastante entretenido. En el trayecto te ibas cruzando con niños y sus sombreros de personajes de Disney, o otros no tan niños... también disfrazados, pero estaba en Japón, ya nada me sorprendía.
Mas o menos los parques mantienen una linea, pero cada pais le incluye algo autóctono. Desde la comida, el orden de los japoneses para esperar los desfiles, este parque puede vivirse diferente al resto.
Empecé en la atracción de Star Wars, me metí en un auto super lento en un circuito de carreras. Pase por "Its a Small Worl", un paseo por distintas secciones con canciones y un mundo en miniatura. Tremendamente bien hecho, con los robots hasta pestañando !!!!
El parque es enorme, con un castillo grande, aunque dentro del castillo no tiene los negocios que tiene el de París. :(
Pase por la mansión encantada, todo decorado para navidad, donde hice la gran "Pichu de Sin Codificar" y pegaba gritos cuando se ponía todo oscuro, y parecía loco porque estaba tentado de mi mismo. No podia parar de reirme y la gente no entendía nada. Eso era lo gracioso. Pase por Splash Mountain, el único lugar con fila para "Single Raiders", mini montaña de rusa con agua, en la cual me moje mas de lo calculado, sobre todo en la ultima bajada.
Di una vuelta en un tren a vapor por las instalaciones del parque, y pase por la atracción de piratas del Caribe, paseo corto pero que vale la pena.
A manera de conclusión, tendría que decir que de los parques Disney que visite, Orlando - Paris - Tokio, este ultimo es el que tiene menor calidad de merchandasing, ya que esta mas orientado a los disfraces y cosas que un occidental no usaría jamas. Cabe decir que no pude conseguir un llavero que diga "Tokio Disney", situacion la cual me hizo frustrarme de gran manera. Un poco decepcionado en este sentido con el Disney Tokio.
Es otro ejemplo del orden, respeto, del japones. Es para maravillarse, ver a los locales prepararse para los desfiles que ofrecen a determinadas horas sentaditos exactamente minutos antes del inicio, uno al lado del otro, casi haciendo una coreografía.
Día a día el pueblo japones y su gente, irían enamorándome cada vez mas.