miércoles, 11 de julio de 2018

Relax en playas vietnamitas.


Me desperté tarde, hice el Check Out, agarre la bici, y me fui a la playa nuevamente. 

Otra mañana de lectura, esta vez empezando un nuevo libro. A la noche salía rumbo a una nueva ciudad, en un viaje largo en bus, y quería descansar y disfrutar lo último que me quedaba en Hoi An, sin duda la ciudad más linda que me toco visitar en Vietnam. Volví al mediodía rumbo al centro, retire el traje, los zapatos, entre charlas, galletas y te por medio, la tarde se me paso con las vendedoras de ropa, de una manera muy amena. 

Volví a la tarde para el hotel, donde había dejado a resguardo mis maletas, acomode las nuevas adquisiciones y me fui rumbo a Nha Trang. El bus era como si fuera uno de línea de la ciudad de buenos aires, pero con la diferencia de que tenia 3 filas con camas cuchetas (una abajo y otra arriba) y todo muy apretado y encimado, como para aprovechar el espacio a full.

Llegue a Nha Trang. Pero había un problema. Bastante serio. Llegue 4:30 am, cuando pensaba llegar a las 9 am. No me pregunten que paso, porque es hasta el dia de hoy que no lo sé. Lo bueno fue que el bus me dejo a 3 cuadras del hotel, lo malo es que era un hotel barato, y no había nadie, puerta cerrada, con horario de atención que decía “de 8:30 a 20”. Yo estaba con una valija, una mochila (de esas grandes de mochilero) y una mochila de mano. Solo en la noche de Nha Trang, a tan solo 2 cuadras de la playa. Tenía que hacer tiempo, en la madrugada, y esperar que esas 4 horas pasen rápido. No se me ocurrió mejor opción, que tirarme en la puerta del hotel, del lado de afuera, en el piso y esperar. Por suerte, a las 6 am apareció alguien de seguridad para abrirme, habilitarme para dejar mis cosas y poder largarme de ahí. Así que deje todo, saque la malla, los lentes, y plata y me fui a la playa. 

Descanse un poco en la arena, y luego arranque al “Vineaple Land” un parque acuático, ubicado en una isla desierta, a la cual llegabas mediante teleférico luego de 3350 metros de distancia. Previo a eso había caminado 4 km para llegar a la entrada del teleférico.
El complejo tiene un acuario, chico, pero llamativo, con bastante contenido de especies. En el parque de agua fueron 3 horas de pura diversión. Hacia frio, y estaba casi vacío, por lo tanto me subía a una atracción, me tiraba de un tobogán, y podía hacerlo las veces que quiera, sin demoras de filas ni nada por el estilo. Hermoso complejo, con salida a la playa, piletas con olas artificiales, y muchos toboganes. El dia termino con un lindo show de delfines.

Volví para el hotel, deje las cosas, y Salí a conocer la Noche “rusa “de Nha Trang. Una noche con mucha luz pero poco brillo. Una ciudad que vive del turismo ruso, por lo que, para ofrecerte cosas te lo ofrecen primero en ese idioma y luego en ingles. Una noche sin mucho encanto.

Próximamente dia de playa y viaje a Ho Chi Minh, mi última ciudad en Vietnam. 


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