Era el dia para caminar sin mucho rumbo ni sentido. Sino
para conocer, sin la mente de turista, una ciudad tan compleja y perturbadora,
a veces, como Hanoi.. La app del celular, al final del dia marcaria 25 km. De
las mayores caminatas que tuve en viajes.
Empecé por el templo
de la literatura, con
varias esculturas de dos de los mayores sabios y enseñadores de Vietnam y Asia.
Un complejo grande, con bastante atractivo visual. De ahí pase por varios
templos chicos, a lo largo del camino, claro está, que era porque me perdía, y
me metía en callejones que no debía. Uno de esos fue el Mausoleo de Ho Chi Minh, solo por fuera, ya que para entrar es con
reserva, y las filas son largas. De ahí volví para el lago central, cruce el puente
rojo, en el centro del lago, el cual llevaba a un templo chico y no
demasiado aprovechable en su interior. Camine, perdiéndome por el bullicio de
la ciudad, una y otra vez pasaba por los mismos lugares. Mercados callejeros
con infinitas variedades de la misma ropa, de diferentes marcas, mochilas,
valijas, todo a muy buen precio, después de haber regateado menos de una hora
en cada local donde compres. Ahí está el secreto, en tener paciencia, el
vendedor necesita más al cliente, que vos al vendedor. Vendedores hay miles,
clientes para ellos, hay pocos, por lo que hay que tomar eso a favor para
pelear los precios. Comida callejera, en puestos en las esquinas, con la gente
sentada en un banquito, donde hasta un niño de dos años parecería grande, y
donde te pasan a centímetros las motos, autos y camiones, largando todos sus
gases, en la comida.
Hanoi es una ciudad que con un dia a full, o 2 dias
tranquilos de puede recorrer tranquilamente caminando. Tambien es la catapulta,
que te impulsa, y me impulso, al dia siguiente, a vivir una de las mejores
experiencias de mi vida. Dos noches en la Bahía de Halong, o Halong Bay.
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