Llegue
a la ciudad después de una larga travesía en el aeropuerto. Resulta que el
tramiterio de la visa, lleva sus casi 2 horas junto con el paso por migración.
Una vez afuera, el auto del hotel me esperaba, y en menos de 40 minutos estaba
en una avenida doble mano, a una cuadra de mi hotel, sin saber cómo cruzar. Los
autos pasaban de ambos lados, a donde mirase, no encontraba ni semáforo ni
senda peatonal, Yo con la valija y una mochila, sin dudarlo por un segundo,
cruce.
En la recepción
me atendieron muy amable, de la más cálida bienvenida que tuve en un hotel
durante el viaje, me dio algunas explicaciones, y me compro el tren rumbo a
Hue, que utilizaría 4 dias después. Deje todo y Salí.
La
primera imagen de Hanoi no fue del todo agradable. Una ciudad sumamente caótica,
sin ningún tipo de orden en el transito, con las bocinas como máximo artífice del
desastre musical, los transeúntes no tienen ningún tipo de prioridad. Ahora, si
cruzas, ellos no paran, te esquivan muy hábilmente, pero si te tropezas y te
caes, ya no cuentes con esa suerte. Debo decir que esto, no fue de mi agrado. Recorrí
un poco la ciudad, con el lago Hoam Kien en el centro, con una historia
bastante particular y especial. Compre una entrada para el espectáculo de
marionetas bajo del agua, considerado uno de los mejores 3 espectáculos del país,
y luego Salí a caminar sin rumbo por la caótica Hanoi.
Me
tope con una especie de “La Salada” gigante, con negocios de ropa, calzados,
mochilas y bolsos por doquier, y para todos los gustos. Además de los negocios
de souvenirs, claro está. Ahora sí, nada tiene precio, es todo para regatear.
Compre un par de cosas y fui al mercado Dong Xuang, un mercado orientado al
local y al mayorista, donde el turista puede encontrar buenas cosas, buenos
precios. La gente por la calle te vende de todo, y cuando digo “de todo”, es DE
TODO: 0.
Volví para
el centro, y entre al espectáculo de las marionetas. Son 14 historias locales,
cada uno diferente, y que tratan y hablan de la historia del país, y de su
cultura, mencionando a personas o animales mitológicos como la gran tortuga y
el dragón. Todo hecho con marionetas en el agua, en donde los encargados de manejarlos,
son actores que se dan a conocer solamente al final de la obra. En ningún
momento se ve siquiera un brazo. Tiene una banda de música en vivo, la cual
suena de maravilla. Uno de los espectáculos más ricos culturalmente hablando, y
un lujo para los ojos.
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