miércoles, 9 de mayo de 2018

De Hanoi a Hue en Tren. 1º Experiencia ferroviaria en Vietnam.


A las 7 arriba, desayuno y en bote rumbo a una aldea de pescaderos dentro de la bahía. Llegamos y nos subimos a un bote local, donde una señora local nos llevo a pasear por la aldea. Las casas, la escuela primaria y algunas zonas que se asemejaban a granjas, donde tienen todo lo necesario para la pesca. Una aldea en donde deben vivir unas 20 familias, con los perros custodiando las entradas, a las casas, las cuales ubicadas en una especia de puerto precario, se hace difícil acceder, si no es en bote. Al final de paseo te muestran como hacen las joyas, y el proceso de cómo sacan las perlas de las almejas, para luego convertirlos en joyas caras. 

De vuelta al barco, comimos y a las 11, desembarcamos en el puerto, para tomar la combi que nos llevaría de vuelta a Hanoi, en un viaje de casi 5 horas. Las personas que conocí, cada una distinta a otra, me hicieron practicar mi ingles y poder abrir un poco más mi mente. Uno de los objetivos de este viaje. Fueron 3 dias en donde sin señal alguna de wifi, sin comunicación con mis seres queridos a miles de kilómetros de distancia, el aislamiento fue total. Y la reflexión era constante, noche tras noche, experiencia tras experiencia. El silencio total, el ruido del agua chocando con las montañas, algún que otro pez saltando en la oscuridad, marcaban una paz que no volvería a vivir en el resto del viaje. 

Una vez en Hanoi, tuve que regresar a mi hotel, donde muy amablemente me habían guardado las valijas. Ahí, además, debía retirar el boleto del tren que ellos mismos me habían conseguido, el cual me llevaría a Hue. Apenas llegue, la recepcionista me saludo acordándose de mí, me entrego mis valijas, y me explico cómo llegar a la estacion de trenes, e incluso me acompaño (hasta muy cerca) para que no me pierda en el recorrido.
Al entrar a la estacion, el miedo se empezó a apoderar de mí de a poco. No había carteles en ingles, solo números, no sabía cuál era la puerta de salida de mi tren, lo único que tenía era el horario de salida del tren. Era las 18:13 y mi tren salía 20:20. Pensé “tengo por lo menos hasta las 19 para relajarme, y después entrar a pensar a ver como consigo dar con mi tren”. En ese breve periodo, me bajo un poco de nostalgia, luego de haber vivido la experiencia en el barco en Halong bay, algo que me había sucedido, parecido, al salir de Laos. Me planteo, en un futuro no muy lejano, hacer un viaje en moto por Vietnam con mi papa. Creo que sería muy enriquecedor para ambos. 

Luego de analizar la situación, ver empleados y demás, logre dar con mi tren que salió 20:20 puntual rumbo a Hue. Ahora el siguiente dolor de cabeza seria, “como saber cuándo me tengo que bajar, ya que no gritan el nombre de las estaciones cuando están llegando”. Solo deseaba que no se retrase, y que el horario de llegada coincida con la llegada a una nueva ciudad. En este caso Hue. 

El tren, bastante precario, con una habitación, con dos camas cuchetas, me había tocado una de arriba, pero bastante cómodo para poner todas tus valijas y elementos personales. En las camas de abajo, había una pareja cuasi anciana de holandeses, a lo cual el primer tema de conversación, fue la reina Máxima. Luego llegaría una chica asiática, para completar la habitación. El baño, un agujero en el piso muy sucio, sirvió solo para las necesidades de primer orden. Ni a lavarme los dientes me anime. 

El tren va lento, tiene muchas paradas, y se mueve un poco. Pero al momento de dormir no tuve problemas. A las 8, según mis cálculos tenía que llegar, y a esa hora el tren paro y me baje. 

No me había equivocado. 

Próximamente. Hue – La ciudad amurallada (cara) y sin encanto. 


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